El manga también es cómic


En los entornos "frikis" vemos muchísimo a fanboys teniendo batallas campales entre los seguidores del cómic y el manga e incluso, entre grandes editoriales de cómic (mencionar a DC y Marvel es a veces motivo de una "Civil War"). Las peleas entre el cómic y el manga aumentan exponencialmente la información basura disponible en internet y es todo por una estupidez: demostrar que los japoneses son mejores que los gringos o viceversa. ¿Y saben qué, gente?, si están leyendo esto, hay una alta probablilidad no sean ni lo uno, ni lo otro (aunque obvio hay excepciones escasas de gringos o japos frikis que hablan español y leen blogs como este... creo), así que defender el cómic o el manga es completamente absurdo.

Según el DRAE, la palabra cómic proviene del inglés y significa: "serie o secuencia de viñetas con desarrollo narrativo", además "libro o revista que contiene estas viñetas", y por lo tanto, bajo esta definición podemos admitir que absolutamente todo lo que esté narrado con viñetas, es cómic (sí, incluyendo las tiras cómicas del diario).

Entonces, ¿el manga es cómic?, por supuesto: es cómic japonés. Cuando hablamos de cómic y manga, lo único que hacemos es redundar, de hecho es más correcto hablar simplemente de cómic estadounidense, japonés, francés, argentino, salvadoreño, etc. Claro que existe una gran diferencia entre el cómic estadounidense y el japonés, pero también existe diferencia con el cómic argentino, el mexicano o el franco-belga y querida gente, yo sinceramente no los escucho decirle paquines a los cómics mexicanos para diferenciarlos de los gringos, ni bandes dessinées a los cómics franco-belgas. ¿Por qué hacer semejante distinción con el manga? Seguramente, este es un tema de popularidad e identidad subcultural.

Al menos en mi país, desde la década de los 80's el anime comenzó a permear en la sociedad y hacia finales de los 90's y principios de los 2000, inició su verdadero ascenso a la popularidad. Con el internet esta popularidad se fue convirtiendo lentamente en una subcultura y se adoptó una terminología específica para un tipo de animación (anime) y un tipo de cómic (manga) en particular, la cual proviene del japonés, su idioma de origen. Esta subcultura nueva adoptó el nombre de otaku, al igual que en el resto de occidente. Al final, el otaku vino a derivar en una suerte de subcategoría de friki, así como lo es el geek (friki tecnológico) o el nerd (friki de los estudios).

Pero los otaku están peleados con los friki y viven tratando de convencerse mutuamente que su tipo de cómic favorito es el mejor del mundo. Ahora bien, ¿de dónde demonios surge esta batalla?, es simple: ideologías.

La ideología te da una posición desde la cual ves el mundo. Una forma de concebir la vida, de distinguir el bien del mal, lo normal de lo anormal, lo placentero de lo doloroso. Y la ideología se transmite mediante la literatura (y los cómics son como los hijos bastardos de la literatura y el dibujo).

Para comenzar, el cómic occidental y el oriental se diferencian en el sentido de la lectura: nosotros leemos de izquierda a derecha, mientras que ellos, de derecha a izquierda, lo que ya de entrada nos da una visión completamente opuesta para ordenar y procesar la información.

Seguidamente, tenemos la segmentación de públicos: el cómic japonés tiene géneros y subgéneros muy marcados y diversos, con miles de títulos en cada uno, los cuales varían demasiado en su duración. Cada género tiene historias que van desde un capítulo hasta más de ochocientos o mil. Además existen cómics para todos los gustos y edades, mientras que en occidente, la industria del cómic está más difusa, no hay una etiquetación tan marcada y lo mismo encuentras un cómic infantil que uno con temática de la Segunda Guerra Mundial y violencia gráfica compartiendo estante, sin advertencia alguna que te diga a qué tipo de público va dirigido (con excepción de un vago R-18 en la portada... si al caso), eso sin contar con que, si bien hay historias de todos los tamaños, escasamente las hay para todos los gustos. Claro que existen "cómics occidentales para chicas", pero nunca se comparará al género shoujo del manga, cuyas protagonistas son casi todas femeninas y tratan problemáticas referidas a la vida de las chicas.

En tercer lugar tenemos la diferenciación gráfica: a rasgos generales, el cómic japonés tiene un tipo dibujo estándar bastante estilizado, el cual suele variar escasamente y es identificador de un género de manga en específico (se puede clasificar por género y década los manga con un mínimo margen de error sólo observando el estilo de dibujo), mientras que el cómic estadounidense, si bien tiene un estándar, es menos estilizado y las variaciones se dan más en función del equipo "lápiz-tinta-color" que trabaje en el cómic que en función del tipo de historia o género de la misma.

En cuarto lugar se puede mencionar el ritmo narrativo: en este punto me estoy arriesgando a generalizaciones, pues el ritmo suele variar mucho en función de la experiencia y habilidad del autor, pero a rasgos generales, el cómic americano es como ver pasar una película de acción, mientras pulsas el botón de acelerar: importan más las escenas rápidas y concisas, con diálogos que permiten resumir narración gráfica y espacios entre cuadros que debe rellenar la mente del lector. Mientras que en el manga existe un ritmo más "poético", que si bien contiene momentos de aceleración y acción máxima, le da bastante peso a la contemplación, los cuadros de pausa (negros o con tramados oscuros, con textos y pensamientos del personaje), lo cual da una pauta narrativa al lector de no perderse las paradas importantes de la historia, le da tiempo de procesar y disfrutar las emociones de los personajes y detiene la acción unas milésimas de segundo para apelar a los sentimientos con simbolismos propios de la cultura nipona.

Sinceramente podría seguir hablando sobre las diferencias entre la perspectiva asiática y la occidental, pero este artículo se ha extendido ya bastante. Al final del día, lo más importante es comprender que pese a las diferencias que puede tener el cómic occidental con el oriental, ambos siguen siendo cómics. Ambos siguen siendo historias y en ambos extremos hay historias buenísimas e historias pésimas.

El manga también es cómic. Cómic japonés, con su propia visión del mundo única e irrepetible, propia de su pueblo, tal como la visión retratada en el cómic franco-belga, argentino, salvadoreño, estadounidense, español y en cualquier otro cómic extraído de una sociedad en específico.

En conclusión, ni Goku es mejor que Superman, ni Superman es mejor que Goku. Ambos son aliens superpoderosos y ambos están en la memoria colectiva de los latinoamericanos de nuestra época. Además, si se conocieran, seguramente trabarían amistad e irían a derrotar villanos juntos, porque en esencia ambos luchan por lo mismo: salvar La Tierra y construir un mundo mejor.

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